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Visto para sentencia el último juicio de «Caso Bankinter” por una estafa de 3 millones de euros en Cangas de Onís

El abogado de la mayoría de los afectados, Marcelo Tamargo Menéndez, satisfecho porque Bankinter reconoce por primera vez que fallaron sus mecanismos de control internos.

2 de Diciembre de 2016. Esta mañana se ha celebrado en Cangas de Onís el último de los juicios del denominado “Caso Bankinter”, una estafa en la que el agente del Banco, Jesús Lobato García, fallecido en la cárcel, se hizo con una cantidad cercana a los 3 millones de euros estafando de diferentes maneras a 61 clientes de la entidad. Del total, 19 decidieron personarse contra el Bankinter, por considerar que las cantidades ofrecidas no se ajustaban al daño que se les causó. Hoy le tocaba el turno a Ana María Cuesta Fernández, a la que Lobato estafó casi un millón y medio de euros. Su abogado y el del resto de damnificados, Marcelo Tamargo Menéndez (fundador y director del bufete Espacio Legal), se mostró muy satisfecho a la salida del juzgado porque los representantes del Banco reconocieron al fin fallos de control interno, algo que ya habían dejado claro las sentencias de la magistrada, Silvia Golfe González.

 

Según Tamargo, por primera vez, tanto la Jefa de Operaciones de Bankinter como el de auditorías aceptaron que hubo operaciones fraudulentas, que su agente recibió dinero en metálico que nunca llegó a ingresar en las cuentas de los clientes y que por lo tanto las auditorías internas fallaron, aunque el letrado cree que “no es que fallaran, sino que nunca las hubo”. Hasta el momento y en los 18 juicios que ya se han celebrado, la postura oficial de la entidad era que Lobato obró correctamente y que los clientes dieron siempre su consentimiento a las operaciones del agente. Por este motivo, el abogado se mostró especialmente duro con la jefa de Operaciones y el jefe de auditorías de Bankinter, a los que acusó de “orquestar su defensa para cubrirse la espalda y enmascarar la negligencia que tuvieron en el control de los agentes”. Para Tamargo se trata de una clara culpa de lo que en derecho se conoce como “in vigilando”, es decir, la culpa del que tiene que vigilar y no vigila cuyo responsable último es Bankinter, que es quien debe de ejercer ese control.

En el caso de Ana María Cuesta Ferández, el importe de las actuaciones fraudulentas fue de casi millón y medio de euros. Jesús Lobato, al que ella consideraba como “un hermano”, solicitó a su nombre créditos que sumaban 300.000 euros, invirtió en bolsa por valor de un millón de euros, suscribió tarjetas de crédito y varios seguros de tipos de interés. A día de hoy, Bankinter le debe 52.000 euros, cantidad que es la que se solicita en el juicio celebrado esta mañana. Marcelo Tamargo confía en que la sentencia, como en los casos anteriores, será favorable para los intereses de su clienta, además de recordar que no basta con deshacer las operaciones de Lobato o devolver lo que sustrajo, sino que hay que indemnizar por los daños morales que han sufrido los afectados por el fraude. Tamargo también se muestra satisfecho con el trabajo realizado por el juzgado, que ha sido “mucho y muy complicado”.

Espacio Legal ha sido el despacho referente de este caso. De los 61 afectados, ha representado a 30, de los que 11 se resolvieron por vía extrajudicial, mientras que los restantes, excepto el de hoy, tienen sentencia favorable. La juez Silvia Golfe González señaló en ellas la “responsabilidad contractual de Bankinter” y condenó al banco a la “reparación del quebranto económico derivado de las operaciones irregulares realizadas por Jesús Lobato García”.

El “Caso Bankinter” saltó a la luz en el año 2013, cuando la propia entidad detectó prácticas irregulares de uno de sus agentes con los fondos de sus clientes. Jesús Lobato estaba acusado de los delitos de estafa, falsedad documental y apropiación indebida por haber estafado a sus clientes cerca de 3 millones de euros. En enero de 2014 fallecía en prisión después de sufrir un fallo cardíaco. Aunque la responsabilidad penal se extingue con el fallecimiento, la civil permanece y es la que corresponde ahora a Bankinter.